martes, 24 de enero de 2012

Inspiración (III) - La playa

Mi ritmo cardíaco mejora, al igual que la respiración. El vaivén de las olas y su relajante melodía han conseguido tranquilizarme al fin. Pero esta playa es algo especial, y ése algo que tiene no me gusta. La he visitado casi a diario en las seis semanas que llevo encerrado aquí al no haber otra y yo ser un amante de la mar, pero prefiero una más habitual: llena de gente, de sonidos que provengan del paseo marítimo, de vida bajo el agua. Sólo entré en el agua una vez, y tal y como entré, salí. El agua estaba demasiado fría, no tenía su particular aroma salado, la mar estaba demasiado tranquila. No vi ningún aliciente en volver a meterme en un lugar tan artificial. Ni siquiera la arena me consuela. Finísima y blanca, no me transmite ninguna sensación al dejar que se deslice entre mis dedos. No quema a pesar de que aquí el sol reina y parece que tiene prohibida la visita a las nubes. Está demasiado limpia, y no es que me moleste, pero la arena que siempre he conocido no es así. Si no hay basura ni gente, debería haber vida animal. Pero ni eso. Parece que a alguien le sobraba un montón de agua y la dejó caer aquí, junto a la arena que también le sobró días antes. Por mucho que me relaje, pasar mucho tiempo aquí me genera sentimientos de soledad, así que siempre he tenido que medir las horas que paso escuchando el sonido de la marea. Siempre me he preguntado qué habrá al otro lado de la playa, cruzando el mar, si acaso existe algo. Pero aquí no hay barcos en los que enfrascarse en una aventura sin fecha de regreso. Esta ciudad está muy bien pensada para que quien venga se dedique a su objetivo primordial. Los problemas empiezan si no tienes nada en lo que gastar el tiempo y tampoco consigues lo que vienes a lograr.

Tras un par de horas sentado en la artificial y fría playa, decido recorrer la ciudad. Intentar seguir los pasos de Ella, para ver si hay algo que se me escapa y que pueda servirme cuando vuelva a intentar entablar una conversación. Total, a esta hora sé perfectamente por donde está y lo que estará haciendo, sólo necesito tomar un par de atajos y conseguiré alcanzarla. Toca entrar en el corazón de la ciudad. Es la hora de recorrer un día más las calles de Inspiración.

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