viernes, 16 de abril de 2010

Episodio 8: Nunca digas nunca (V - epílogo)

Una vez realizadas las presentaciones oportunas, todos acordaron recorrer el paseo marítimo hasta encontrar una cala donde sentarse a charlar tranquilamente. Óscar no podía creerse que hubiera estado a punto de arruinar su plan por unos estúpidos celos que nunca antes había sufrido, y ahora disfrutaba de la compañía de Elena, que no soltaba su mano. Curiosamente lo mismo había ocurrido también la pasada ocasión, por lo que tragó saliva y decidió dejar de aislarse mentalmente, algo que llevaba haciendo todo el viaje, y que con sus amigos no había ocurrido nada, pero ahora delante de la chica podía suponerle algún problema.

Mario se había integrado rápidamente con Matías y Lucas, que en el fondo lo que querían era darle tiempo y espacio a su amigo para que hablara a solas con ella. Pero parecía que el chico no estaba dispuesto a arrancarse, por lo que tuvo que ser el propio hermano de Elena quien rompiera el hielo. Conocedor de la historia, y siempre preocupado por su hermanita pequeña, se adelantó hasta alcanzar a la pareja, y tan pronto los alcanzó, no dudó en hacerles una pregunta necesaria para arrancarles unas palabras: Bueno tortolitos, creo que tenéis una conversación pendiente, ¿no es cierto? – Inmediatamente ambos jóvenes se pusieron rojos de vergüenza y miraron corriendo al suelo, lo que provocó las risas de Mario y los dos amigos, que volvieron a dejar una distancia prudencial con respecto a la pareja, para ver si ahora conseguían hacerles hablar.

Óscar, que parecía haberse vuelto mudo, a pesar de tener tantas cosas que decir que estaba a punto de estallar, fue quien por fin inició la conversación:
- Creo que tu hermano tiene razón, tenemos una conversación pendiente…déjame hablar, y luego me dices lo que quieras
- Dime, te escucho – la mirada de la chica brillaba tanto como cuando se encontró con él.
- Lo que hice hace tres años no tiene sentido, pero entiéndeme, mi inmadurez me pudo, tenía miedo de hacer algo que no te gustara, de decir algo que me hiciera quedar mal, me hubiera gustado congelar aquél momento por siempre… pero el miedo me dijo que huyera, que sería la forma más sencilla de evitar cualquier problema, y para cuando me di cuenta de mi error, era demasiado tarde…no tenía forma de ponerme en contacto contigo, me alejaba de la única chica que había conseguido que sintiera algo especial por ella, y pensé que el tiempo me daría una tregua, que conseguiría olvidarte, ya que vivir con tu recuerdo sin poder encontrarme más contigo sería demasiado duro…pero me equivoqué, todas las noches que soñaba con volverte a ver me hacían levantarme contento pensando que te vería ese mismo día, pero después caía en la cuenta de que no era más que un mero sueño, y que los sueños nunca había conseguido que se cumpliesen…hasta hoy, claro. Y es por eso que quiero olvidar el pasado, aunque gracias a recordar ese pasado he conseguido encontrarte de nuevo, pero quiero vivir el presente, y quiero que sea contigo.
Elena tiró del brazo de Óscar, y lo detuvo. Ambos se abrazaron, y posteriormente se dieron un beso, su primer beso, un beso largo y apasionado, de esos que logran que hasta los que lo ven se emocionen. Lucas le pasó un brazo por encima a Matías en señal de complicidad, ya que gracias a su trabajo juntos habían logrado que la pareja se reencontrara, y por fin, una vez aclarado lo ocurrido, se animaran a demostrarse de una vez por todas lo que llevaban ocultando en su interior desde hacía años. Su amor.

Encontraron por fin la cala, y Matías, Marcos y Lucas decidieron remojarse con el agua de la playa, aprovechando que por la tarde el agua siempre está más tibia tras recibir los rayos del sol todo el día. Mientras los chicos corrían y jugaban con el agua, que apenas les llegaba a los tobillos, la pareja se encontraba sobre las rocas, a salvo de remojarse salvo por algún intento de salpicarles por parte de sus amigos. Tras un rato de conversaciones, Óscar miró la hora. Eran las 19:43, dos minutos antes de la hora en la que había huido la última vez. El chico besó firmemente a su encantadora chica mientras recordaba lo ocurrido. Quizás no pudiera cambiar lo ocurrido, pero sí su presente, y ya era hora de acabar con los paralelismos del pasado. Era hora de cambiar la historia, y cambiar el punto y final por una simple coma.

-------------- THE END --------------

Acaba así la segunda historia, tenía planeado cerrarla hace unos días, pero he tardado un poco más de lo planeado con el epílogo. Espero que la hayais disfrutado tanto o más que la primera, y atentos, que en breve llega el próximo episodio de este último autobús.

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