viernes, 9 de abril de 2010

Episodio 7: Nunca digas nunca (IV)

Eran las cinco y media de la tarde, y era hora de iniciar el camino hacia el Soul Café, situado en la orilla de una de las largas playas de Lanzarote. Sólo un muro de apenas 50 centímetros y una estrecha calle separaba aquél lugar de la arena. Los jóvenes tardaron un buen rato en llegar, debido a que fueron andando, tal y como estaba previsto. Óscar aún recordaba hasta la hora en la que la vio, las 17:58. Se sentaron en el café y pidieron un refresco, ya que les faltaban casi 30 minutos para que llegara el momento. Los nervios se apoderaban cada vez más del chico, al cual le costaba mantenerse sentado, y cada vez quedaba menos…veinte minutos…diez… tres…dos…uno…

Era la hora. Lucas y Matías parecía que volvían a aguantarse como al principio del viaje y charlaban intentando meter a Óscar en sus asuntos para quitarle hierro al asunto, pero éste último en cuanto vio llegar la manecilla a dos minutos de las seis, giró rápidamente la cabeza hacia el punto donde la vio. Estaba vacío. Se lo había imaginado, sabía que era algo que podía ocurrir, pero en el fondo no lo había asumido. Después de lo que había pasado intentando convencerse a sí mismo sobre la locura de la idea, y tras ver cómo sus amigos se peleaban por su culpa, sus ojos se empezaron a enrojecer. No era el típico chico sensible, pero se había juntado con demasiadas emociones al mismo tiempo, y estaba a punto de estallar.

Pero entonces vio a una chica sentarse. Morena, pelo largo y liso, aunque con las gafas de sol no podía distinguirla bien, pero en cuanto se las quitó y dejo a la vista sus brillantes ojos color esmeralda, saltó de la silla y se dirigió a la puerta, y sus amigos esperaron a contemplar la escena tras los cristales del café. Según se estaba acercando a aquella chica, de la cual no tenía la menor duda que era quien llevaba tres años esperando volver a cruzarse, apareció él. Un chico fuerte, un poco más alto que la chica, que llevaba dos helados en la mano, y en cuanto estuvo a la altura de ésta le dio uno, y la chica tras sonreír levemente y levantarse, se dejó agarrar por la cintura y ambos empezaron a caminar. Óscar quedó paralizado, se llevó una mano a la boca síntoma de la impresión, y también comenzó casi a correr, pero en la dirección contraria. En efecto, Lucas tenía razón, las circunstancias no eran las mismas, y por mucho que se hubiera encontrado a aquella chica allí, había posibilidades de que no fuera sola.

En ese momento a Lucas le hubiera gustado tener un gemelo en lugar de a Matías enfrente, ya que sabía que hiciera lo que hiciera éste último, las cosas probablemente no irían bien. Pagaron la cuenta corriendo, y Lucas salió corriendo tras la pareja mientras que ordenó a Matías que hiciera recapacitar a Óscar y lo llevara de vuelta, o al menos lo frenara. El encargado de hablar con la chica y el chico sabía muy bien su tarea, entretener a ambos y esperar que su amigo no hubiera ido demasiado lejos, no podía permitir que después de todo lo que había sufrido Óscar por aquella joven la dejara marchar de nuevo, sin al menos saludarla. Los alcanzó rápido, y para no asustarles, les adelantó y empezó a hablarles de frente. El acompañante de la chica estaba demasiado ocupado en su helado, por lo que la conversación quedó entre Lucas y ella:

- ¡Perdón! ¡Esperar un momento! Hola, no me conocéis ni yo a vosotros, pero un amigo mío sí que te conoce, solo que lleva mucho tiempo sin verte, y le ha entrado algo de miedo y ha salido andando en la dirección que no era… ¿serías tan amable de esperarle? – La chica se giró pero no vio a nadie.
- ¿De qué me estás hablando?
- Eh, vale, sé que parece un poco raro, pero espero que esta historia te suene de algo, porque o bien mi amigo anda mal de vista o tú de memoria. Hace tres años, en este mismo lugar, un chico llamado Óscar se acercó a saludarte, pero después de hablar un rato, por las tonterías de entonces, salió corriendo y ni siquiera se despidió. Ahora, tres años después ha vuelto a la isla conmigo y otro chico, y dice que le ha ocurrido todo tal y como pasó entonces, por lo que pensó que si te esperaba en el mismo sitio y a la misma hora que entonces, podría tener alguna oportunidad de salud…

Con cada palabra de Lucas la cara de la chica se iluminaba cada vez más, y evidentemente recordaba todo aquello tan bien como Óscar. No le dejó acabar la historia, salió corriendo en la misma dirección que el chico, en espera de encontrarlo. Aunque no era el mejor momento. Matías no había sido capaz de frenar a su amigo, y su físico no era la mejor herramienta para lograrlo, pero sabía que tenía que conseguirlo, por las buenas o las malas, por lo que hizo como si se quedara atrasado para placar a su amigo desde atrás, aunque en la caída puso su cuerpo de colchón, ya que no quería hacerle daño. La mala suerte, que Óscar cayó con todo el peso sobre el pecho de Matías, y éste quedó además de dolorido, medio asfixiado en suelo. Su amigo habló rápidamente: ¡Estás loco tío! ¡Qué cojones crees que haces! – Mientras le gritaba, le levantaba y le ayudaba a tomar aire, y el joven empezó a perder la rojez que había adquirido los instantes anteriores. En ese momento se escuchó una voz que gritaba un nombre, el de Óscar. Y una voz femenina y dulce. Era ella.

- ¡Óscar! ¿Dónde ibas? Ni siquiera saludas, y ¿ya te ibas de nuevo sin despedirte?
- Elena… estás… estás preciosa…
- ¿De veras te has acordado todo este tiempo de mí?
- Cada día, y cada noche…pero...¿y tu novio?
- ¿Qué novio? ¿De qué hablas?
- El chico con el que ibas ahora…se os veía muy unidos…
- ¡Idiota! ¡Es mi hermano! La otra vez te fuiste con tantas prisas que no me dio tiempo ni a hablarte de él…

En ese momento llegaron los dos chicos que habían quedado en el otro lugar. Lucas llegaba sonriente: Chicos, os presento a Mario, el hermano de Elena. Este es el famoso Óscar, y este pordiosero (señalando la cantidad de tierra que había cogido la ropa de su amigo con la caída al suelo) se llama Matías. Bueno, y yo soy Lucas…encantado, Elena, Óscar nos ha hablado mucho de ti, sobre todo estos cuatro días…

2 comentarios:

  1. Ostia, no me he enterao de mucho XD

    Supongo que hay que leer los anteriores. ¿Lo sacarás todo editado en un libro cuando termines? Podrías hacerlo en yoescribo.com

    Mucha gente lo hace así, primero blog, luego relato.

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  2. Igual más adelante, pero con el ritmo que llevo, que igual escribo 8 capítulos seguidos que estoy 1 mes sin escribir nada, me llevará mucho tiempo ^_^

    Y sí, es una historia con 3 capítulos anteriores, dificil enterarse de algo en este sin conocer a los personajes :)
    PD: Gracias por el comment ^^

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