El ser humano es caprichoso. Muchas veces siente la necesidad de contar, explicar, escribir, soltar
éso que lleva dentro y que tiene que expulsar. Antiguamente la gente tenía que conformarse con decírselo al viento y que sus palabras se perdieran y quedaran sólo resquicios en su cabeza, luego con el papel pudieron hacer que sus palabras perduraran, y ahora gracias a internet, todo lo que queremos escribir lo podemos, además, difundir al mundo entero. Benditos ordenadores. Aquí es donde comienza mi andanza, cada semana habrá entre una y dos historias, según esté de ganas y de tiempo. Espero que sean de vuestro agrado.
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